En el 2020 apoyé a Muney y a la Fundación Diego Felipe Becerra - Trípido en la conceptualización para una intervención urbana bajo el puente de la Av. Boyacá con Cll. 80.
La intervención tiene como objetivo visibilizar y conmemorar a las víctimas de la Policía Metropolitana de Bogotá, en las manifestaciones sociales recientes y en otros momentos donde el abuso de poder ha resultado en asesinatos. Esta intervención además pretende ser colaborativa, incluyendo en su ejecución a las familias de las víctimas.
La intervención tiene como objetivo visibilizar y conmemorar a las víctimas de la Policía Metropolitana de Bogotá, en las manifestaciones sociales recientes y en otros momentos donde el abuso de poder ha resultado en asesinatos. Esta intervención además pretende ser colaborativa, incluyendo en su ejecución a las familias de las víctimas.
En esta entrada de blog se recogen reflexiones por parte del equipo de psicología de Muney.
Pilares de resistencia
Se reparte cada pilar a un colectivo o artista urbanx de la ciudad, en el cual puede rayar a su antojo. Sin embargo, luego del proceso de conceptualización se consigue integrar las propuestas al rededor de dos ideas:
Cada persona asesinada por la policía es un pilar que nos sostiene en pié.
Entre más pilares más resistente es la causa y la resistencia.
Partiendo de ese concepto se utiliza cada pilar para retratar y conmemorar a una persona que haya sido victima de abuso de poder y violencia por parte de la policía.
En la tarde de la pintada del puente se logran convocar a las familias de los asesinatos policiales en las manifestaciones de ese año. Quienes acompañan e internvienen en el trabajo del o la artista encargada del respectivo pilar.
Fotos del 2020 en la realización de los murales.


Murales en el 2024





Hierba fuerte nunca muere
El ejercicio de conceptualización parte de varias reflexiones en compañia del equipo de psicología de Muney, estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia y representantes de la Fundación Trípido. En estos espacios se logra ir hilando una narrativa común al rededor de la vida, crecer, la naturaleza y las plantas; llevándonos a centrarnos en arengas populares de resistencia como:
"Nos entierran, pero somos semillas."


La actitud de resistencia se encuentra con una postura crítica respecto a los juicios éticos-morales de la policía en estos momentos de abuso de poder. De donde se alimentan los prejuicios sobre el grafitti y el muralismo como expresiones vandálicas y en detrimento del espacio público. Y que, según familiares de las victimas, fomenta actos de violencia desmedida desde la policía.
Encontramos muy problemático que la decisión sobre qué es "bueno" y "malo" está delegada a agentes de policía que no tienen una formación hacia lo público y basan su juicio en creencias e ideologías propias. Mucho más problemático en circunstancias donde tienen poder sobre la vida de otra persona. Y, en paralelo, encontramos sistemático el esfuerzo por reducir, silenciar y someter estas expresiones, por encima del valor que puedan tener para comunidades específicas y para la construcción de ciudadanía.
"Hierba mala" es remplazado por "Hierba fuerte" en un intento por cuestionar(nos) esa idea de "maleza", como sustantivo y como adjetivo. Las plantas crecen en donde encuentran las posibilidades para crecer, pero si incomodan pierden su naturaleza de vida y se vuelven malas. Y cuando las expresiones artísticas y manifestaciones culturales incomodan al status quo se envía a erradicarlas, pero no existen por si solas pues están conectadas al sentir colectivo de indignación.
Esta reflexión se vuelve una idea que ha tenido cada vez más eco en diferentes movimientos sociales de resistencia y de empoderamiento ante las injusticias, el abuso de poder y las violencias institucionales.
